Una página mas, una página mas..., cuantas veces me ha pasado..., que cuando miro el reloj ha ido a tal velocidad, que casi se me ha hecho de día...
Y es que cuando un libro es bueno, no quieres que llegue el final, lo disfrutas y lo saboreas, te metes dentro de sus páginas, cierras los ojos y puedes ver cada gesto de cada personaje cada detalle, cada aroma, las palabras hacen su mágia y te teletransportas al centro de la historia.
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